Analisis de la película
VIDEODROME
“Todos los medios nos vapulean minuciosamente. Son tan penetrantes en sus consecuencias personales, políticas, económicas, estéticas, psicológicas, morales, éticas y sociales, que no dejan parte alguna de nuestra persona intacta, inalterada, sin modificar.”

La frase anterior, dicha por Marshall McLuhan, se ejemplifica de manera formidable en la película Videodrome. En ella vemos como, a través de metáforas visuales que solo tienen sentido en el mundo de la ciencia ficción, una persona puede ser alterada en todos sus aspectos humanos por la televisión.

Para empezar, tenemos a un Max Renn ingenuo, capaz de consumir y transmitir cualquier cosa polémica por pantalla bajo la premisa de que toda programación es inofensiva y que la violencia y el sexo extremo terminan siendo de ayuda para satisfacer los deseos personales de los espectadores, a manera de catarsis, evitando así que busquen hacerlo en la vida real. Aquella equivocada creencia convierte a Renn en el conejillo de indias perfecto para el experimento por el que Videodrome fue creado.

Con una explicación que sólo es posible desde la ficción, Videodrome es un tipo especial de programa de televisión, que produce en los televidentes alteraciones, primero psicológicas y después físicas. Todas las alucinaciones que Renn sufría eran la manera simbólica de decir que los medios de comunicación, alteran nuestra percepción de la realidad, haciéndonos incapaces de distinguirla de la fantasía. Posteriormente, los cambios que Renn sufre en su cuerpo son la representación de cómo los medios nos convierten en “otros”, en híbridos de máquina y humano, fáciles de programar, dosiles a la voluntad de lo que los grandes señores de la telecomunicación quieren que pensemos y hagamos.

Una escena llamativa y muy ilustrativa es aquella en que Renn lleva por primera vez a su departamento a Nicky Brand, y fue entonces cuando él, quien publica por su canal material que escandaliza a la opinión pública, se muestra atemorizado ante una dosis de sexo violento en la vida real (ignorando todavía que las escenas de Videodrome eran reales y no actuadas). Este fragmento de la trama representa la decadencia de la conciencia de Renn y de toda la masa humana a la que él representa en el filme, cuando todavía siente repulsión por lo grotesco, pero más fuerte es la tentación por saciar su curiosidad. Luego de eso es cuando ya Videodrome empieza a tomar control de su mente. Esto funciona como una analogía de lo que rechazamos por pudor hasta que nos lo ofrecen disfrazado de placer, consiguiendo a la larga insensibilizarnos, hasta perder el pudor por lo que antes aquello nos escandalizaba. Es lo mismo que ocurre con la sociedad a la que Renn representa en el filme: nos hemos vuelto una sociedad insensible que usa los medios de comunicación como proveedores de placer; llegamos a consumir realidad y ficción pero digiriéndola como si todo fuera ficción, acortando nuestra posibilidad de cuestionar lo malo del mundo real.

Conforme avanza la trama, nuestro protagonista empieza a sufrir cambios físicos que lo dejan vulnerable ante los propósitos de los creadores de Videodrome. Renn se da cuenta que nunca fue más que un tonto útil en la guerra entre dos corporaciones, pero ya era muy tarde, de nada le sirve saberlo si ya no es dueño de sus actos. Su ranura en el abdomen es una forma simbólica de decir que él es ahora una máquina manejable por la voluntad de las empresas que saben de su vulnerabilidad. Este aspecto es el retrato de una sociedad que es vista por los tecnócratas como una masa manipulable que haría cualquier cosa que la pantalla les diga, sirviendo así al objetivo general que es engrosar los bolsillos de quienes manejan los medios y están en constante competencia con compañías similares.

Cerca del final, tenemos a un Renn que se volvió uno con la fantasía, alguien en quien ha desaparecido las diferencias entre la realidad y lo ficticio, y que es capaz de realizar actos biológicamente imposibles para cualquier ser humano. En otras palabras, el espectador ideal. Los representantes de cada corporación le piden asesinar a los del bando contrario, y cuando una de las corporaciones gana la batalla, le ordenan a Renn matarse pues ya no lo necesitan. Cabe destacar que el argumento para incitar a Renn al suicidio fue que así podría finalizar el proceso y convertirse en “la nueva carne”. Eso fue una referencia a cómo los medios de comunicación pueden ser grandes manipuladores ofreciendo cosas que realmente no existen, y para ello siembran ideologías para todos los gustos, con las que cada televidente pueda sentirse identificado y que nadie se quede fuera.

Para concluir este análisis, quisiera acotar que, la película fue rodada en 1983, cuando las computadoras aun no eran un artefacto para el hogar, el internet era un proyecto y los smartphones aún no existían. La proliferación de dichos aparatos en la actualidad ha acrecentado aún más el daño que los medios de comunicación hacen y que el filme Videodrome denuncia, ya que aparte de ser analizados como masas, como lo hemos venido siendo hace ya tiempo, hay ya las facilidades para ser analizados como individuos, dejándonos más vulnerables a la manipulación.